A veces tengo una duda radical sobre mi visión acerca del mundo humano.
Me pregunto si hay que apoyar el progreso como fín en sí mismo y ser condenadxs a morir de éxito como liberal-capitalistas que somos, o si hay que reivindicar la necesariedad del mundo natural como apoyo necesario e indubitable de todo desarrollo personal.
Tengo mis dudas, las cosas de la naturaleza y los árboles y el canto de los pájaros no me conmueven, pero supongo que ese problema será mío, la arquitectura urbana moderna, con su neurótica forma de extenderse y desarrollarse tiene su punto para pensar, pero lo que es vivir en ella acaba convirtiéndote en enfermx mental (Cosa que a título social me importa poco, pero igual a título individual, igual tendría que pensármelo.)
Por otra parte ¿Quién no querría ver al ser humano revolcandose con vergüenza en su propio fracaso?
Sería estupendo volver a ser aborígenes, y trabajar la tierra y todo eso, pero, que lo desee yo tampoco va a cambiar nada, y la autovía de peaje con carril de velocidad que sigue el ser humano en conjunto es hacia su destrucción, así que cogeré palomitas mientras corréis desesperados a tratar de ver cual es vuestra esencia cuando esté al borde de sobrepasar el límite la olla exprés social sobre la que bailamos y nos regodeamos mirándonos unxs a otrxs diciéndonos que nunca jamás llegará a hervir, mientras el vapor nos despelleja ya los pies. Continuad vuestro teatro, porque total, no parece que vayáis a dejar de ser gilipollas de momento.
¿Decadencia industrial extrema o ese aburrido color clorofila?
¿La última oportunidad del ser humano, o insistir en las debilidades del ser humano para acabar por la vía rápida con este experimento fallido que es la sociedad postmoderna?
Tan solo con ver al mundo al borde de un cataclismo me conformaría, ¿Tú seguirías yendo al trabajo si pasado mañana se acabara el mundo? Entonces ¿Por qué ahora sigues yendo?
En el fondo sois unos cobardes, todos firmaríais sin dudarlo un apacible atardecer sin dolor creyendo que sois algo, antes que enfrentar la cruda realidad de que no sois mas que lo que quisisteis construir con vosotros mismos.
Ser piel roja sería justo, hermoso, incluso tendría su punto de divertido, pero por nada del mundo querría yo perderme vuestro hundimiento, así que yo no me bajo de este autobús dirección Apocalipsis, ¡Cantemos mucho mas jodidamente alto! ¡Subamos el volumen de la música para no escuchar los gritos desgarrados de la escoria del sistema! ¡Finjamos que nos importa ser felices! ¡Finjamos ser felices! y apretemos el gatillo sonriendo mientras susurramos lo malo que fue el progreso, o lo necesario que era volver a ser animales, o cualquiera de esas excusas que nos contamos hoy para no hablar de nuestros problemas de verdad.