domingo, 27 de octubre de 2013

A la ablación

Inyectados en sangre ojos, rojizos
con ridícula boina, agresivos,
asesinos de alma, muertos
que la vida desnudan.

Con una cuchilla sucia
mientras yo, lloraba, gemía,
exaltada y agarrada por madre mía
ya muerta, matada por ellos con astucia.

Con saña, sin piedad
hasta desmayarme,
cuando ni ocho años
vestían mi pubertad.

Impura me llaman
solamente por ser mujer
y arrancaron mi vagina
y mi placer se llevaron.

Con una cuchilla sucia
mientras lloraba, gemía
moría como mujer,
sesgados mi clítoris
                             mis labios
                                            y mi ser.

Misantropía en la mesita de noche

Misantropía en la mesita de noche
vomitando rabia a corazón abierto
contra las heridas que exploten
ardiendo en un espacio incierto.

De miseria y asco, lágrimas
que se funden en el viento, que quema
la piel entre oscuras diatribas
nadando en ardientes flemas.

Y sin poder ni despertar
temblando de sudor frío
y asco que me impide pensar
sin encontrar mas que hastío.

Saboreo la sangre repugnante
en mis labios y garganta
marcados a fuego y desprecio
mientras rasgo la manta.

Sucia y depresiva de mi muerte
cuando no me queda aire
para respirar y me mata
ardiendo lo que queda de mi mente.