jueves, 27 de marzo de 2014

El poema de marzo.

Esta es la entrada de marzo, se nutre de dos poemas, uno de ellos mío, y el otro me lo encontré en la calle, tirado, y lo recogí, por la manía que últimamente tengo de recoger cosas de la calle...

Este poema encontrado en la calle dice lo siguiente:




































Y ante esto.

Mi respuesta:

A los diez años, parece mentira
te arrojaron a la tiránica podredumbre
que bajo sus yugos resulta la vida
y exprimieron tu jugo aquellos sádicos.

De refinada moral y costumbre
pidiéndote a voz en grito, como si acaso
les pertenecieras y fuese normal
que a tus diez años, trabajaras, y sirvieras.

Para colmo ni te pagaban, mi españolita
y te forzaban a refugiarte, creyendo
que no eras ni humana en raídas estampitas
y obsoletos medallones, que ni se comen, ni salvan.

A veces me da por imaginarte, vieja,
hilando y tejiendo, como si fuese la última
parcela de poder, lo único que de tu vida, alguna vez
pudiste controlar en lugar de padecer;
Y entonces lloro, siempre lloro.

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