en enero del noventa y cuatro,
se alzó sin rostro junto
al pueblo, ni delante ni detrás.
Organizar el coraje y la escuela,
ya basta de imperialismo
en la puerta de nuestras casas,
y sometimiento a golpe de espadas.
La justicia llegó, a caballo, tras un pasamontañas,
y una pipa.
Pasamos de invisibles a indígenas,
como nos llamó el español cobarde,
y de indígenas a dueños, todos,
de nuestra vida, nuestra tierra
y nuestro cuerpo, Subcomandante ponte al frente
y conquistemos Chiapas de nuevo.
Que este dos mil catorce, de nuevo,
tenemos rabia y voluntad,
nos falta la organización.-