No escucho tu nombre, hermana, no escucho
tus letanías suenan lejanas y penosas
no te escucho aunque me esfuerzo
y se que se queman tus alas.
Grita mas alto, compañera, grita
y rompe, destroza, araña, y rebélate,
contra los lazos que te atan y grita,
sé libre y lanza
las esposas
que te ahogan y golpean,
las bridas
que te inmovilizan y te apresan.
Y corre hermana, como una bruja y animal,
y salta y huye de prejuicios que te oprimen.
Arrójate al vacío, equivócate y vive,
pero no te sometas hermana,
sé tú y que no te coarten,
grita, hermana, grita, que todavía no puedo oírte.
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