El amor romántico mata, comenzaron a decir nuestras compañeras feministas desde hace años, todos les miraban horrorizados, e incluso algunas personas que se autodenominaban mujeres sentían miedo al poner en cuestión un pilar al parecer taan importante para esta sociedad post-capitalista que nos toca vivir.
Como de costumbre, y nadando muy a contracorriente voy a apoyar la tesis de la muerte (Mas que necesaria) del amor romántico, sin miedos y sin complejos, y juro que sin escribir la palabra familia ninguna vez.
Yo desde bien niñx fui alineadx dentro de esa preciosa y marginal categoría de "la gente fea" y qué demonios, se está a gusto allí, por lo que he tenido pocas oportunidades de experimentar eso que se llama amor, lo cual no implica que no sepa perfectamente qué es, y qué contradicciones implica, siempre ví con recelo, e incluso con asco que la gente afirmara estar con la persona de su vida, o que su pareja era perfecta... Es algo que no podía soportar, y aún hoy, me sigue repugnando, es tan opresivo que no lo aguanto.
Pero yo también caí en dichos rollos, y también afirmé esas mierdas, y me arrepiento demasiado, no porque al final ella se fuera, no porque mis poemas fueran cursis, sino simplemente porque no era yo, era el último resquicio de sociedad patriarcal que en mí quedaba, muriendo, y haciendo aspavientos para intentar salvarse, por suerte, no lo consiguió.
El amor es, desde luego, lo peor que le ha pasado al ser humano, y puesto que tengo la suerte de tener una relación libre con mi compañera, yo me niego a estar enamoradx.
Es necesario romper tus propias conexiones, cuestionarte tu vida y toda su estructura, para darte cuenta de que, como el resto de las cosas del mundo, no son mas que ficciones electroquímicas y marcos de análisis.
sábado, 30 de agosto de 2014
sábado, 23 de agosto de 2014
Reflexiones sobre el aborto
La intención de esta entrada, es la de derribar mitos sobre el concepto de la vida humana, y del "derecho" a esta.
Es habitual que cuando discutimos con alguien anti-abortista nos grite que, esa cosa que hay dentro del vientre de una persona, siente, sufre y tiene derecho a nacer, porque es un "ser" mas débil, o por yo que se que cientos de falacias estúpidas indemostrables como lo del alma y la concepción.
Yo, no voy a basar mi argumentación en que la persona con vagina sea la que decida que entra o sale de su cuerpo, es algo tan obvio que me parece tonto tener que defenderlo a estas alturas.
Voy a jugar con esa persona que grita la doctrina de la santidad de la vida en su mismo terreno; Y es que, demonios, si la vida es tan absolutamente santa para ellxs, ¿Por qué sólo les importan los bebés antes de nacer? ¿Por qué normalmente no les importa qué ocurre en Ucrania, Palestina, Siria..? Si tanto les preocupa la vida de lxs niñxs antes de nacer, ¿Por qué no prohibir la masturbación de los penes? Al fin y al cabo es una matanza de posibles futurxs niñxs, joder, también deberíamos prohibir entonces la misma fecundación, puesto que de millones de espermatozoides solamente uno entra en el óvulo, lxs demás mueren, y ni que decir tiene que lxs estériles debemos ser asesinados ipso facto, puesto que no podemos mantener sus concepciones de la familia y la especie, junto con aquellas personas cuya sexualidad no se base en tener hijxs.
Y si tantísimo les preocupa la vida humana, a todxs aquellxs que dañen su cuerpo, se intenten suicidar y no lo consigan, tomen drogas legales o ilegales, o aquellxs que coman carnes roja, ejecutadxs también, obviamente, puesto que tenemos que defender la sagradísima doctrina de proteger la especie y la familia, y aquellxs que no cabemos en sus urnas, en sus categorías binarias, en sus concepciones de mierda, a nosotrxs también que nos ejecuten si atentamos contra la vida recta y católica que nos imponen.
Que la decisión sea nuestra, es una obviedad, una obviedad tan obvia, que en este mundo tan represivo y anti-heterogéneo tenemos que seguir defendiendo.-
Que nos ejecuten, que no tenemos miedo a la libertad, ni a lo que hay después de morirse, que sabemos que no es nada.
Es habitual que cuando discutimos con alguien anti-abortista nos grite que, esa cosa que hay dentro del vientre de una persona, siente, sufre y tiene derecho a nacer, porque es un "ser" mas débil, o por yo que se que cientos de falacias estúpidas indemostrables como lo del alma y la concepción.
Yo, no voy a basar mi argumentación en que la persona con vagina sea la que decida que entra o sale de su cuerpo, es algo tan obvio que me parece tonto tener que defenderlo a estas alturas.
Voy a jugar con esa persona que grita la doctrina de la santidad de la vida en su mismo terreno; Y es que, demonios, si la vida es tan absolutamente santa para ellxs, ¿Por qué sólo les importan los bebés antes de nacer? ¿Por qué normalmente no les importa qué ocurre en Ucrania, Palestina, Siria..? Si tanto les preocupa la vida de lxs niñxs antes de nacer, ¿Por qué no prohibir la masturbación de los penes? Al fin y al cabo es una matanza de posibles futurxs niñxs, joder, también deberíamos prohibir entonces la misma fecundación, puesto que de millones de espermatozoides solamente uno entra en el óvulo, lxs demás mueren, y ni que decir tiene que lxs estériles debemos ser asesinados ipso facto, puesto que no podemos mantener sus concepciones de la familia y la especie, junto con aquellas personas cuya sexualidad no se base en tener hijxs.
Y si tantísimo les preocupa la vida humana, a todxs aquellxs que dañen su cuerpo, se intenten suicidar y no lo consigan, tomen drogas legales o ilegales, o aquellxs que coman carnes roja, ejecutadxs también, obviamente, puesto que tenemos que defender la sagradísima doctrina de proteger la especie y la familia, y aquellxs que no cabemos en sus urnas, en sus categorías binarias, en sus concepciones de mierda, a nosotrxs también que nos ejecuten si atentamos contra la vida recta y católica que nos imponen.
Que la decisión sea nuestra, es una obviedad, una obviedad tan obvia, que en este mundo tan represivo y anti-heterogéneo tenemos que seguir defendiendo.-
Que nos ejecuten, que no tenemos miedo a la libertad, ni a lo que hay después de morirse, que sabemos que no es nada.
viernes, 15 de agosto de 2014
A la bandera de Triunfo
A modo de introducción:
Era el 2 de Julio de 2014, las 10:30 de la mañana, su excmo presidente del gobierno anunciaba la abdicación del ex-rey Juan Carlos I, la noticia corrió como la pólvora por la facultad, se decía despacito, casi al oído, susurrándolo, era difícil de creer, pero era verdad, a las 20:00 horas, quedábamos en la plaza del Carmen, en el ayuntamiento, había concentración anti-monárquica, no queríamos que nos colasen un nuevo rey, y allí fuimos, miles de personas llenaron Granada, y a eso de las 22:00, alguien gritó, "¡Vamos a Triunfo!", y fuimos, y un valiente, luego mas tarde detenido, se subió al palo de la bandera y la descolgó, a continuación subimos una bandera republicana, que ondeó bajo una Arbonaida. Hacía mucho tiempo que no me emocionaba tanto, eramos uno solo, la bandera yacía en el suelo, humillada, rota, como siempre debió estar, esto, fue lo que escribí al llegar a casa:
Al fin, cayó la bandera de la opresión
con un grito de esperanza y se alzó,
al fin, la bandera de justicia y amor,
aunque confieso, que hubiera preferido ver colgada
la cabeza del borbón.
Abdicó el muy cobarde, corriendo se marchó,
ojalá esta vez no vuelvan los muy bribones
ojalá esta vez nos levantemos en revolución
que la bandera de Triunfo se hizo jirones
y al pueblo le devolvió su ilusión.
Que a los borbones los lancen,
uno a uno a los tiburones,
y jamás se vuelva a desteñir nuestro morado pendón.
que esta vez, sí que sí, ganamos los pobres.
¡Viva la República!
Era el 2 de Julio de 2014, las 10:30 de la mañana, su excmo presidente del gobierno anunciaba la abdicación del ex-rey Juan Carlos I, la noticia corrió como la pólvora por la facultad, se decía despacito, casi al oído, susurrándolo, era difícil de creer, pero era verdad, a las 20:00 horas, quedábamos en la plaza del Carmen, en el ayuntamiento, había concentración anti-monárquica, no queríamos que nos colasen un nuevo rey, y allí fuimos, miles de personas llenaron Granada, y a eso de las 22:00, alguien gritó, "¡Vamos a Triunfo!", y fuimos, y un valiente, luego mas tarde detenido, se subió al palo de la bandera y la descolgó, a continuación subimos una bandera republicana, que ondeó bajo una Arbonaida. Hacía mucho tiempo que no me emocionaba tanto, eramos uno solo, la bandera yacía en el suelo, humillada, rota, como siempre debió estar, esto, fue lo que escribí al llegar a casa:
Al fin, cayó la bandera de la opresión
con un grito de esperanza y se alzó,
al fin, la bandera de justicia y amor,
aunque confieso, que hubiera preferido ver colgada
la cabeza del borbón.
Abdicó el muy cobarde, corriendo se marchó,
ojalá esta vez no vuelvan los muy bribones
ojalá esta vez nos levantemos en revolución
que la bandera de Triunfo se hizo jirones
y al pueblo le devolvió su ilusión.
Que a los borbones los lancen,
uno a uno a los tiburones,
y jamás se vuelva a desteñir nuestro morado pendón.
que esta vez, sí que sí, ganamos los pobres.
¡Viva la República!
domingo, 3 de agosto de 2014
Albayzín
Correcta, sinuosa y enferma
como me encontraba yo al llegar aquí
en efecto, mi poesía, tan quimérica
y extensa como callejones del albayzín.
Media piedra de hachís que quemo,
junto a viejos papeles y una guitarra
que me arde en el pecho y el tiempo que me amarra
cuando recuerdo, que dejé el Albayzín.
Soñando que no iba al mirador ni un turista
y la policía se volvía en calle Elvira
que la copa y crisol de colores y razas
teñía de rojo y no de verde las paredes del Albayzín.
Y mientras mis pasos dilapidan el horizonte
que ante mis ojos destila el opio del sacromonte
yo aún recuerdo, cuando vine a Granada, sin tí,
que me dio por perderme, mirando al cielo
y al suelo del Albayzín.
como me encontraba yo al llegar aquí
en efecto, mi poesía, tan quimérica
y extensa como callejones del albayzín.
Media piedra de hachís que quemo,
junto a viejos papeles y una guitarra
que me arde en el pecho y el tiempo que me amarra
cuando recuerdo, que dejé el Albayzín.
Soñando que no iba al mirador ni un turista
y la policía se volvía en calle Elvira
que la copa y crisol de colores y razas
teñía de rojo y no de verde las paredes del Albayzín.
Y mientras mis pasos dilapidan el horizonte
que ante mis ojos destila el opio del sacromonte
yo aún recuerdo, cuando vine a Granada, sin tí,
que me dio por perderme, mirando al cielo
y al suelo del Albayzín.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)