Interconexiones fulgurantes de membrana plasmática,
cañonazos de bombas químicas, marañas, sorpresa,
es casi imposible seguir o invertir las patadas y los pasos,
la rapidez y la locura de las células y los pensamientos.
Duele, a veces, sentir como se enredan y refieren
entre ellos, con la gramática y el mundo, aunque a veces,
parecieran formarse proposiciones sin lenguaje, de repente,
todo queda claro, distinto y me separa y me precipita
de nuevo, hacia la imposibilidad de comprenderme.
Aunque pienso entonces, que no necesito objetarme,
objetualizarme ni conceptualizarme, me siento bien,
ante mi propio caos; ya no me desespero por ordenarme,
estoy bien y ya no me importa que mi mente
no tenga ni un segundo para respirar,
ni para la quietud ni el silencio.
Es necesario romper tus propias conexiones, cuestionarte tu vida y toda su estructura, para darte cuenta de que, como el resto de las cosas del mundo, no son mas que ficciones electroquímicas y marcos de análisis.
jueves, 23 de abril de 2015
miércoles, 22 de abril de 2015
No es el final, nada lo es
Nunca, nunca termina, y la vida
se nos define como una brisa
incesante que nos golpea la cara,
imparable como una nerviosa risa,
impagable como una muerte indolora.
Falsedad y vacío, formas y figuras,
un nudo en la garganta y la vista
indecisa ante el futuro incierto,
pero el futuro acaba de pasar,
como un susurro, ante nuestras abiertas bocas,
impasible, como si ya no le importara.
En el fondo así es, no hay fín,
nada lo es, ni la muerte, ni siquiera la vida,
pero irremediablemente sigo aquí,
aunque al tiempo ya no le importa.
se nos define como una brisa
incesante que nos golpea la cara,
imparable como una nerviosa risa,
impagable como una muerte indolora.
Falsedad y vacío, formas y figuras,
un nudo en la garganta y la vista
indecisa ante el futuro incierto,
pero el futuro acaba de pasar,
como un susurro, ante nuestras abiertas bocas,
impasible, como si ya no le importara.
En el fondo así es, no hay fín,
nada lo es, ni la muerte, ni siquiera la vida,
pero irremediablemente sigo aquí,
aunque al tiempo ya no le importa.
martes, 21 de abril de 2015
Poema sobre un mundo posible con decenas de lunas
Que terrible sería el mundo, al menos
para quien escribe y estudia, si la tierra
como el gran planeta, tuviera seis elevado a diez
satélites rondando como haciendo guardia su órbita.
Habría mas poemas, mas aullidos, mas lágrimas,
lo dudo, pero menos depresión y menos dudas,
mas agridulces nubes en el cielo, menos brumas,
bajo la mirada atenta y dramática tras el deshielo.
Quizás no se hicieran poemas a la luna,
nombrarla sería tan dificil como es nombrar a dios,
quizás dejarían de tener sentido las canciones
a las flores, pues tantas lunas de las que hablar,
distraerían de otras cosas mas importantes.
Pero es mentira, no hay mas que una,
y ya casi no sale por las noches, y cuando lo hace,
la nublan y destrozan las órbitas de mis ojos,
no hay mas que una, y jamás desea ser vista,
al menos para mí, la luna ya no sale.
para quien escribe y estudia, si la tierra
como el gran planeta, tuviera seis elevado a diez
satélites rondando como haciendo guardia su órbita.
Habría mas poemas, mas aullidos, mas lágrimas,
lo dudo, pero menos depresión y menos dudas,
mas agridulces nubes en el cielo, menos brumas,
bajo la mirada atenta y dramática tras el deshielo.
Quizás no se hicieran poemas a la luna,
nombrarla sería tan dificil como es nombrar a dios,
quizás dejarían de tener sentido las canciones
a las flores, pues tantas lunas de las que hablar,
distraerían de otras cosas mas importantes.
Pero es mentira, no hay mas que una,
y ya casi no sale por las noches, y cuando lo hace,
la nublan y destrozan las órbitas de mis ojos,
no hay mas que una, y jamás desea ser vista,
al menos para mí, la luna ya no sale.
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