Interconexiones fulgurantes de membrana plasmática,
cañonazos de bombas químicas, marañas, sorpresa,
es casi imposible seguir o invertir las patadas y los pasos,
la rapidez y la locura de las células y los pensamientos.
Duele, a veces, sentir como se enredan y refieren
entre ellos, con la gramática y el mundo, aunque a veces,
parecieran formarse proposiciones sin lenguaje, de repente,
todo queda claro, distinto y me separa y me precipita
de nuevo, hacia la imposibilidad de comprenderme.
Aunque pienso entonces, que no necesito objetarme,
objetualizarme ni conceptualizarme, me siento bien,
ante mi propio caos; ya no me desespero por ordenarme,
estoy bien y ya no me importa que mi mente
no tenga ni un segundo para respirar,
ni para la quietud ni el silencio.
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