Limpio, eso dicen los análisis, en masculino, limpio, ya no hay en mi sangre mas que sangre, y levotiroxinas de sodio, pero no importa porque he dado negativo en tóxicos. Puedo mirarla y no hay deseo, ni ganas de pintar ni liar, solo asco físico y una insana ansiedad que calmo con tabaco en lugar de diazepam.
Yo preferiría no mirarla, pero cuando se lleva tanto tiempo con el enganche, uno ya no tiene amigos que no se dediquen al negocio.
Pero yo ya no, no tengo que combatir la adicción, eso ya paso, solo el aburrimiento, el aburrimiento es mucho peor cuando tienes que volver al mundo que cuando ya estabas allí, es algo tan angustioso que solo se puede combatir con rutina, la única manera de dejarla es sustituirla por trabajo, dolor y sueño, hasta que un día dejas de pensar en ella, así, sin mas, como dejas de pensar en tu infancia y tu existencia vuelve (o empieza a ser) útil para la sociedad, si es que eso sirviera para algo, pero yo no, yo voy a cambiarla por un material mucho mas duro, no me dejé arrastrar por lo que se debe hacer nunca, tampoco ahora, un material durísimo, amar, como si en ello me fuera la vida, amar rápido, profundo y fuerte, mientras dure y hasta entonces, como si fuera a ser eterno, tan eterno como era un día sin ella.
A Belén, por haberme devuelto la fé en mí.
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