Majestuoso, alzado, tranquilo
mirando a la nada
como degustar a Esquilo
es mirar tu figura callada.
Como un niño, inocente
que ve pasar el tiempo
matando y dejando en blanco la mente
siendo de una esdrújula acento.
Y volando contigo una noche,
bajo el viento de un abeto
que tu cuerpo desnudo
abandona obsoleto.
Negro con ojos vidriosos
reflejas mi existir
entre trazos desesos
y dejándome sonreir.
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