sábado, 20 de abril de 2013

A una encina muerta

Inmenso áspid de dioses caído
altivo fénix desprender
de tus cenizas renacido
cuando rozarte es placer.

No mas de un suspiro
te queda madre
aún cuando primavera ha florecido
y ante tí la noche arde.

Un manto verde te corroe
colgando pendientes tuyos negros
de miradas indiscretas azote
no mueras todavía, te ruego.

A tus pies me postro
amiga de whisky y besos
nos veremos en tu tronco roto
cuando hayamos perdido el seso.

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