A mitad del alba
en tí de haber pensado
harto sobre lecho malva
me verás, desgastado.
Allende mi mente, sí
paseas taciturna
sin ver posible fín
resolución, nocturna.
Me acribillas cada segundo
y no me dejas en paz
asume ya que en el mundo
nadie se ocupa de tu faz.
Que ¿Por qué?
pues sin respuesta me veo;
ante tus palabras,
a mitad de alba.
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